miércoles, 19 de agosto de 2009

Cómo llegué a la Sierra Nevada



En la búsqueda de la verdadera Sanación, mis Guías me llevaron a la Sierra Nevada de Santa Marta hace 2 años. El día de mi natalicio llegué a las Cabañas de Buritaca, a visitar por una semana a unos amigos médicos que habían decidido vivir la experiencia de Eco Habs*. Conocí entonces a los “Jipi Kogis”, y me pareció interesante la historia de su convivencia con los indígenas Kogis, tribu que generó en mí mucho afecto y admiración.

Viví en Buritaca durante 7 meses. Cambiando radicalmente mi estilo de vida, retorné a la naturaleza, a la sanación a través de los alimentos, de las plantas medicinales, a través de las manos. En ese lugar tuve un sueño que se repitió por dos ocasiones, muy intenso, casi real, en el cual un indígena
(un Mamo o Guía Espiritual), me decía:



"Este es el lugar, pero ...

Bueno, no les puedo contar todo el mensaje, me han dicho que es personal!.

Fué tan intenso el sueño, que desperté pronunciado esas palabras, que se han quedado en mi corazón desde entonces. Quería vivir para siempre en ese lugar, pero el cielo antes me tenía otra misión...

Volví a Cartagena,a atender pacientes, y durante los siguientes 9 meses estudié todos los niveles de Reiki Universal y la maestría en la ciudad de Bogotá, para poder enseñar a otras personas esta hermosa técnica de sanación a través de las manos. Volví a las cabañas de Buritaca dos o tres veces más, a visitar a los amigos, y fue entonces cuando conocí a Hombre de fuego: Simon Guey.



Jorge Ardila nació en Bogotá hace más o menos 60 años. Vive en la Sierra Nevada desde hace casi 40, y fue nombrado Simon Guey -Hombre de Fuego- por los indígenas Kogis, cuando lo aceptaron como uno más de la tribu.
Simón tiene ojos de niño, sonrisa sincera y acento indígena; tiene la piel tostada por el sol, los cabellos blancos y los dientes verdes, verdes de mambear ayú, de usar poporo.
Simón tiene lengua de fuego, su palabra es el verbo que dice, el verbo que transforma, el verbo que sana...

Cuando concí a Simón no sabía que iba a subir con él. Su compañera Mayi, acababa de partir de gira por Suramérica a cantar y a contar con su dulce voz la buena nueva; y a aprender, y a enseñar. Simón Guey debía subir a la Sierra a hacer un pagamento, pero no quería ir solo. Yo quería ir con él, pero no sabía si podría ir y volver, y él esperarme.

Subimos 1 mes después, y fue una experiencia mística. Como lo describió una amigo al leer el diario de viaje, fue mágica la experiencia de caminar hacia adentro, cada vez más profundo, hacia mi interior...

Al bajar, conocí en Kasakúmake a Paola y a César, también Jipi Kogis, quienes son Promotores de Medicina convencional del Gobierno Colombiano, para los indígenas kogis de la Cuenca del Río Palomino. Ellos están interesados en las medicinas alternativas, asi que les prometí llevarles medicinas homeopáticas y Reiki, para sensibilizar a los indígenas al retorno a lo natural.

Volví casi un año después, con medicinas y las iniciaciones Reiki Nivel I para Paola, César y una familia de argentinos que buscaban sanación, y que el cielo puso en ese lugar, en ese momento. Durante 4 días atendimos a los indígenas, que sorprendentemente bajaron como por "casualidad", al saber que había medicina natural "kalachi" medicina, para sus enfermedades.



Desde encontes he deseado volver. Porque sé que "ese es el lugar", porque sé que "hay que cuidar el terreno", hay que cuidar la Sierra, la flora, la fauna, hay que rescatar los bosques, los arroyos, los rituales de unión con la tierra, de agradecimiento a la madre, los rituales de conexión con el cielo, porque si no, "la semilla (el Ser Humano) no dará fruto".





* Eco Habs es un término inglés para designar la nueva tendencia mundial de retornar a la naturaleza, de vivir en comunidades o hábitat ecológicos, retornando a la consciencia de las Leyes de la Naturaleza, respetando la madre Tierra, El padre Cielo y viviendo en comunidad de una manera armónica y pacífica.

viernes, 11 de abril de 2008

DIARIO DE VIAJE - PRIMER DIA

Somos tierra que camina.

Kalinanká: arbol itinerante.
Nube que viaja
Uno con la flor,
Uno con el pez
Uno con las aves.
Somos soplo y creación de Dios…


La calma es indescriptible.

La paz interior aún más.

Solo queda el silencio.

Guía certero hacia la voz interior.

Muchas filosofías,
ideas, palabras, reflexiones.

Una misma esencia:

EL AMOR!!!

Vívido, vivido,
experimentado, compartido,
incondicional.

SEGUNDO DÌA

La noche,
el fuego,
el silencio,
Nosotros.
Tú, meditando en femenino, -poporeando-
Yo, rejiendo silencios,
compartiendo suspiros,
trascendiendo la palabra.

El fuego, inspirador, su sonido, y luego silencio.

Más allá croac, dijo.
Chispas acá.
Naranja, azul y violeta, ascendiendo.

El fuego, el maravilloso fuego…

TERCER DIA



Vino Carolina. La Sierra la llama –también- .
Otro día de espera. No importa, Mi espíritu está en la Sierra desde antes, desde siempre.

Vino Kággaba Piskali, amigo de hombre de fuego. Compartimos sonrisas, dialectos, preguntas, tejidos…

-Bonito- Dice. –Igual a mío.

Y me enseña a unir.

El arte de convertir tres en uno.
La meditación del femenino.

CUARTO DIA

Se aproxima la noche.
Abrazo de amigos, buena energía, el reencuentro. Cosas del cielo.

Los tres contemplando el fuego.

A lo lejos, la quena acariciando la noche. Andrés conectado con lo divino.
Aquí Daniel, su voz, su guitarra, su sentimiento.

De nuevo los tres. Listos, mañana comienza el ascenso.

Carolina se queda, en los Kuisis la esperamos dos días. Que el cielo decida.

QUINTO DIA



Al amanecer, la mula guerrera nos espera. Kággaba Mariano la prestó. Caminar sin carga, regalo de Kalguasha. Llevo zapatos campesinos o zapatos de indio a veces.

Intercambiar con la madre la energía, conocer su historia caminando, leyéndola en las hojas, en la alegría de la quebreada, en el arrullo de los pájaros, en la sonrisa del sol, en la laboriosidad de la hormiga, en el aroma de las flores.

Pisar con los dos pies, no apoyarse en nada, es el secreto para no caerse.
Descender con paso corto y rápido para no resbalarse, y sin miedo, para no paralizarse.

Seis horas de camino: Mambeando o paneleando, saludando amigos:
-Jenchika.
-Moubatá, misegaki?
-Misegaki.
-Nabunchi?
-Atsé nabunchi.
-Nejeniboku.
-Gua gua.

Llegamos a Manzanares (Kasakumake). La escuela de los indígenas y puesto de salud.
Más amigos, bañarse en las frías aguas del Río palomino.
Acostarse en la Hamaca, en el bohío, junto al fuego, a conversar. Conocer la historia ancestral.


Una garrapata atrasó mi sueño. Recorre mi espalda y aún no soy diestra para detectarlas. Son diminutas, pero su picada se siente inmensa. Numerosas picadas ahora tengo.

SEXTO DÌA



Buen despertar. Pan recién horneado, amor hecho creación.

Paola, y César. Itayoshara, Negual, Súngali, Sintana, Decir hasta pronto a los amigos.
Caminos más encumbrados, siente horas de viaje. Llegamos a los Kuisis, a casa de Hernán. Cuatro extranjeros descansan en este lugar. Compartimos sonrisas. Luego al Rio, bañarse, sacar garrapatas, lavar la ropa, buscar leña. Compartir la cena con Hernán, el jipi que se hizo Kogi. Lucy, su esposa, Kogi.

La noche, casa maría de hombres y casa maría de mujeres. Simona dice sin palabras que quiere estar sola en el bohío. Duermo en la cocina. Hace frío.

Atizar el fuego, meditar en naranja, azul, violeta, amarillo. Rascarse, abrigarse bien, atizar el fuego…

Afuera, millones de estrellas, la chicharra, el arrullo del río.

El amanecer, la maravilla de la creación. Saludar a los amigos, calentarnos junto al fuego, recibir el té de simona, su manera de acariciar…